Buenas prácticas a la vuelta de la esquina


propuesta de valorRecientemente estuve en Barcelona, atento a las muchas cosas distintas que uno puede encontrarse en esa ciudad y también con ganas de conocer algún restaurante distinto.

Lo que no pensaba era que, además de comer magnificamente, iba a tener la oportunidad de ver de cerca una interesante propuesta de modelo de negocio en un sector tan bien conocido como el de la restauración.

Tuve conocimiento del restaurante después de un rato navegando en internet y rápidamente me quedé atraído por las opiniones que leía de este local.

La propuesta de valor era muy clara: comida de alta calidad  a un precio muy razonable. Las valoraciones de clientes muy buenas, por lo que mis expectativas iniciales también eran altas.

El restaurante era más bien pequeño y no especialmente elegante. Una vez acomodados , procedimos a dar buena cuenta de un largo menú degustación, construido sobre unos platos magníficamente presentados que  el propio chef servía y comentaba. Todos los platos tenían una notable calidad gastronómica y varios de ellos ésta calidad era sin duda sobresaliente.

A la hora de pagar lo previsto: una magnífica relación calidad/precio.

¿Cómo lo consiguen? En mi opinión mediante un planteamiento tan simple como efectivo: el empresario-chef ha apostado por una muy inteligente optimización del proceso que le permite construir una oferta distinta a la habitual:

  • por un lado únicamente se puede comer el menú de degustación. Obviamente esto optimiza la compra de materia prima al tiempo que se reducen al mínimo la materia prima que se desperdicia
  • por otro lado hay un único turno de comidas y todas las reservas se realizan para la misma hora por lo que el equipo de cocina puede tener perfectamente planificado su trabajo.

Lógicamente este modelo de negocio, sacrifica dos características que otros restaurantes consideran importantes para sus clientes, y que sin duda lo son para muchos segmentos de clientes, como son la libertad de elegir qué se desea comer y la hora de inicio de su comida.

En el caso que comentamos , normalmente  cuelga el cartel de completo por lo que parece que también hay un segmento de clientes que están dispuestos a supeditar determinados atributos  (variedad y horario)  a cambio de recibir una mágnifica relación calidad/precio.

Una buena lección de pragmatismo que nos muestra como, cuando una organización idea una nueva propuesta de valor y la lleva a la brillantemente a la práctica, es muy posible que encuentre los clientes que sabrán valorarla adecuadamente.

 

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